Hacia el cielo...

"Hacia el cielo" son sueños cumplidos, experiencias vitales compartidas, amor, trabajo y esfuerzo... en definitiva, un proyecto nuestro, lleno de sentimientos, con muchos significados y, sobre todo, plagado de ilusiones y satisfacciones.

Quiero compartirlos con ustedes, que se sientan identificados y que, como nosotros, enarbolen esa bandera, sientan ese mensaje: "no tengo miedo de volar hacia el cielo".

Nuevo videoclip de Ricky Furiati



Bueno, desde mi alcantarilla tengo que dar las gracias a todos los que han hecho posible que este videoclip viera la luz. Gracias al gran Gustavo Glez. Valladares y a nuestro compi Abraham Conde por su paciencia y profesionalidad!!! Qué grandes son!!! A todas las amigas y amigos que quisieron contribuir con la causa poniendo su imagen, aguantando horas y horas de rodaje sin perder la sonrisa. A mi alma, que siempre puedo contar con él, porque siempre está ahí para animarme y ayudarme con su trabajo. Y a mis niñas (Nira, Yimi, Di), las que forman parte especial de mi vida y de mí misma, pues ellas son mi conciencia, mi apoyo, mi paño de lágrimas y mi fuente de felicidad.

Y a mi bombón, el que me arranca cada día una sonrisa, el que me hace crecer, volar y soñar, con el que he emprendido este bonito viaje de creatividad, ilusiones, superación y aprendizaje...

GRACIAS. Este videoclip es de todos. Buen trabajoooo chicos!!!! jeje

Superación

Superación. Ese sentimiento que motiva los actos de muchos y al que otros renunciaron hace tiempo para dejarse atrapar en las redes de la impotencia y terminar siendo presas de su propia resignación. Esa meta que todos queremos alcanzar pero que permanece en el tiempo cambiando de forma o lugar, reinventándose, reformulándose...
A lo largo de la vida vemos en nuestro entorno muchos ejemplos de superación, el de una madre soltera que saca adelante a sus hijos, el de un joven aplicándose con esmero en sus estudios, un desempleado tratando de sacar adelante a su familia y a sí mismo, o el de un mileurista tratando de llegar a fin de mes... Cientos y miles de historias, con nombre propio, con rostro.
La superación puede respirarse por doquier, o al menos su propósito, el de conseguirla. Una persona cercana a mí es hoy todo un referente en la materia. Se forma de modo autodidacta, adentrándose hacia lo desconocido, poniéndose a prueba a sí mismo y, lo que es más importante, poniendo todo su esfuerzo e ilusión en aprender. Sí, aprender. Esa otra palabra que envuelve nuestro día a día, nuestra vida, y que sin duda es parte intrínseca de nosotros mismos, de nuestra propia naturaleza.
En definitiva, hay que saber elegir las relaciones, sentimentales o amistosas, porque con las familiares igual no tenemos tanta opción, porque cada persona puede ser una motivación o inspiración, puede proporcionarnos ese espíritu de superación que tanto necesitamos para hacer frente a la vida, y puede hacernos con ello mejores personas. Yo soy hoy mejor persona.

Nixon, el que abrió la veda






















Lo que hizo Nixon sobrecogió a los americanos, que le condenaron, al menos mediáticamente, pues judicialmente no llegó a nada gracias al indulto de Ford, por el caso Watergate.

Sin embargo, el que fue presidente de los estados unidos a finales de los 60 y hasta principios de los 70 (hasta su dimisión en 1974) mostró arrepentimiento, quizás algo forzado o acorralado en la entrevista con el periodista británico David Frost, pero más tarde o más temprano pidió perdón a su nación.

9/11: The day the world changed




Diez años han pasado desde que Estados Unidos vivió el mayor ataque terrorista de la historia. Casi 3.000 personas perdieron la vida en las torres gemelas y el Pentágono, y en el ataque fallido a la Casa Blanca. Varios vuelos comerciales fueron tomados por activistas de Al Qaeda que protagonizaron uno de los peores escenarios del siglo XXI.

Diez años han pasado, y los Estados Unidos no olvidan, cientos y miles de testimonios inundan estos días las televisiones y emisoras de radio de todo el mundo, pero el mensaje sigue siendo el mismo: sobreponerse y demostrar que, pese al daño, no hay derrota. God bless New York!